Escrito por Joey Levy | 30 de julio de 2012 | Presione aquí para ver artículo original
Veamos el vaso medio vacío: unas tasas de interés inusualmente bajas fueron, para muchos, la principal causa de que se creara (y posteriormente estallara) la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos (EU); con la intención de reactivar la economía, el Gobierno estadounidense ha mantenido las tasas en niveles históricamente bajos, actualmente entre 0% y 0.25%.
Mientras tanto, las sucesivas caídas de la economía han sido contrarrestadas con inyecciones de dinero público no vinculadas al aumento de productividad.
Esta medida ha provocado la pérdida de poder adquisitivo del dólar porque, como señala el financista Joey Ley, “al imprimir más dólares hay más dinero tratando de comprar lo mismo”. Y eso genera inflación.
La siguiente consecuencia es el constante aumento del déficit fiscal (para 2013 se proyecta un desbalance de cerca de 1 millón de millones de dólares) y del endeudamiento público. “Matemáticamente es imposible el pago de esa deuda”, vaticina el economista, para quien Estados Unidos seguirá imprimiendo billetes, lo que derivará en una burbuja de la deuda soberana de EU que tendrá que estallar también en algún momento. En esa tesitura, la solución para salvar la moneda sería un aumento brusco de tasas de interés.
“En 1970, la tasa se tuvo que subir al 20%. Hoy en día EU es el país más endeudado en el mundo. La situación es peor”.
Una subida súbita de tipos en EU obligaría a los bancos en Panamá a subir también las tasas. “Si en EU se eleva a 10%, aquí los bancos se verán obligados a dar 10% de interés para captar fondos y a subir por encima de ese nivel los préstamos para tener beneficios”, explicó Levy, que asegura que ese aumento se podría dar de un día para otro.
Para unos esta teoría puede sonar apocalíptica; para otros realista. En cualquier caso, no parece que en Panamá estaríamos preparados para asumir aumentos en nuestras hipotecas a tasas superiores al 10%.
¿Hay alguna forma de protegerse ante un fenómeno de estas características?
La recomendación de los analistas es diversificarse, “no poner todos los huevos en la misma cesta”. Para un inversionista, no depender al 100% del dólar, sino tener una canasta de monedas; invertir en bienes tangibles si es previsible que el dólar pierda valor.
Quienes vean desde la distancia todo lo relacionado a inversiones y bolsas de valores, el consejo es pagar las deudas pendientes antes de una eventual subida de tasas o ahorrar para poder asumirla si es que se termina produciendo.
¿Y para el Estado? ¿Puede hacer algo para protegerse? En la medida que la gran parte de la deuda estatal está colocada con tasas fijas, es el tamaño del déficit que el Estado requiera financiar lo que nos afectaría, asegura el economista Diego Quijano.
Si se tiene que soportar un déficit mayor, más caro sería el financiamiento. Por lo tanto, Quijano sugiere que la mejor forma de protegerse es reducir el tamaño proporcional de la deuda y el déficit.
“La situación que no querríamos enfrentar es la de un año de bajo o negativo crecimiento, que afectaría significativamente los ingresos corrientes del Estado, con un período en el que hay que hacer un refinanciamiento importante de bonos emitidos”, aseguró.
Siguiendo algunos de estos consejos, Estado y ciudadanía evitarían (de concretarse las teorías más pesimistas) verse con el agua al cuello.