Por Joey Levy, especialista en finanzas personales
En los más de 20 años que tengo haciendo planificación financiera para familias panameñas, puedo decir sin duda alguna, que la meta más importante de mis clientes es poder mantener su estilo de vida actual durante la jubilación. Esto tiene sentido, ya que todos conocemos a alguien que nunca planificó su futuro y, por ende, ahora tiene que tomar decisiones muy difíciles en una etapa de la vida donde lo que uno menos quiere es tener problemas financieros.
Dicho esto, el propósito de este artículo es explicarle a mis lectores cuáles son los dos factores que más afectarán su habilidad de vivir la vida que desean durante sus “años dorados”.
Cuando hago charlas de finanzas personales, le pregunto a los participantes, “¿Cuáles son los factores que más afectan a un plan financiero personal?” Las respuestas siempre están relacionadas con la cantidad de dinero que uno ahorra/invierte al año y la tasa de retorno que uno recibe sobre su dinero. Estas respuestas son lógicas; sin embargo, no son las correctas.
Los dos factores que más afectarán tu futuro financiero son la longevidad y la inflación. Y es cuando se combinan estos dos fenómenos, que nuestras finanzas personales quedan impactadas de una forma asombrosamente negativa.
Longevidad es la duración de vida de un ser humano. Puedo imaginarme que hay personas que están pensando, “¿Cómo puede ser que la longevidad sea mala? ¿No es algo positivo que hemos logrado extender la cantidad de años que la gente vive?” Mi respuesta es sí, claro, pero desde la perspectiva financiera la longevidad significa que tienes que tener mucho más dinero disponible para pagar tus gastos durante la jubilación.
Por ejemplo, hace 20 o 30 años, si la gente se jubilaba a los 65 años y vivía hasta los 75 años, dichas personas necesitaban 10 años de gastos de vida. Pero si hoy en día esa misma persona se jubila a los 65 años y vive hasta los 85 o 90 años, son 20 a 25 años de gastos de vida que tiene que cubrir. Esos 15 a 20 años de diferencia representan un montón de dinero.
Y aquí es donde entra la inflación o el aumento generalizado en los precios de los bienes y servicios en el tiempo. Todos hemos visto como el costo de la vida en Panamá se ha disparado. Si no me crees, simplemente hazte la siguiente pregunta, “¿Cuánto me costaba vivir hace 10, 15 o 20 años?”
El problema con la inflación es que es gradual, casi imperceptible y la gente se va acostumbrando poco a poco a estos aumentos de precios. Muy pocas veces nos ponemos a proyectar al futuro para ver cuánto nos costará mantener nuestro estilo de vida en 10, 20 o 30 años. Y las cifras son tan inmensas que casi parecen ser no reales.
Abajo una tabla sencilla que demuestra lo que costará en el futuro mantener diferentes estilos de vida, asumiendo una tasa de inflación de sólo 4% al año:
Por ejemplo, vamos a suponer que alguien tiene 45 años, se quiere jubilar a los 65 años y está acostumbrada a vivir con $5,000 por mes. La tabla indica que cuando se jubile en 20 años, le costará casi $11,000 por mes mantener su actual estilo de vida. Y lo peor es que esta cifra subirá todos los años por 4% y a los 75 años le costará aproximadamente $16,000 por mes. De nuevo, entiendo que estas cifras suenan locas y casi imposibles, pero te hago la siguiente pregunta: “Hace 30 años atrás (año 1992), ¿Cuánto costaba ir al supermercado, a una cita médica o a cenar en un restaurante?”
Gracias a los avances médicos y a nuestra conciencia de la importancia de cuidar nuestra salud, las personas están viviendo mucho más tiempo. Sin embargo, si no planificamos bien nuestras finanzas y tomamos en cuenta el impacto de la inflación, en vez de ser nuestros “años dorados”, estos años extras de vida pueden convertirse en una pesadilla.