Todas las noches le leo un cuento a mi hija antes de que ella se duerma. En este momento estamos leyendo la serie de novelas fantásticas Harry Potter.
Para los que no conocen el cuento de Harry Potter, se trata de la lucha entre el protagonista Harry (un joven aprendiz de magia y hechicería), y un malvado mago que se llama Voldemort. En los libros, Voldemort es una persona tan temida que la comunidad mágica ni siquiera puede decir su nombre. De hecho, se refieran a él como “El que no debe ser nombrado”.
Sin embargo, Albus Dumbledore, el gran mago y profesor de Harry, le aconseja: “Llámalo Voldemort, Harry, utiliza siempre el nombre correcto de las cosas. El miedo a un nombre aumenta el miedo a la cosa que se nombra”. Cuándo leí esto quedé impresionado; nunca lo había pensado de esta manera, pero es cierto lo que dice Dumbledore.
Todos tenemos un “Voldemort”. Es decir, todos tenemos un tema (personal, profesional, etc.) en nuestras vidas, que no queremos enfrentar por miedo. Lo que he aprendido a lo largo de mi vida es que la mejor forma de superar nuestros miedos es aceptando que existen, nombrándolos y tomando acción para corregir/mejorar la situación.
Es impresionante el alivio que uno siente cuando acepta y nombra sus miedos. El mero acto de hacer esto le resta poder al miedo y te permite pensar en acciones y estrategias que puedes tomar para echar para adelante.
En mi trabajo como especialista en planificación financiera veo esto constantemente. El “Voldemort” en este caso es hacer un plan financiero familiar. Muchas personas tienen miedo de ver sus finanzas personales porque es posible que vean que están viviendo más allá de su realidad financiera. Y si se dan cuenta de esto, tendrán que tomar acciones “desagradables” como hacer un presupuesto, bajar sus gastos mensuales, etc.
Sin embargo, mi experiencia me ha enseñado que esto no es correcto. La realidad es que en la gran mayoría de los casos, la situación no es tan grave como pensaban. Es decir, si la familia toma unas acciones pequeñas hoy (bajar gastos innecesarios, aumentar sus ahorros, etc.), evitarán problemas financieros grandes en el futuro. Y si es un caso en el cual hay un problema serio, me parece que es mejor tomar acción hoy, porque si no el problema simplemente seguirá empeorándose hasta que eventualmente explote.
Finalmente, quiero dejar claro que no estoy diciendo que el acto de enfrentar nuestros miedos es fácil, porque no lo es. Cuándo yo tengo que enfrentar mis miedos me acuerdo de unas palabras sabías que escuché una vez: “Decisiones fáciles, vida difícil. Decisiones difíciles, vida fácil”. Si quieres una vida fácil, haz lo difícil: nombra tus “Voldemorts” y toma acción para corregir/mejorar tu situación.
Escrito por Joey Levy, publicado en La Prensa, Sábado 7 de julio, 2018.